lunes, 30 de julio de 2007

EL CASO DE SAN PANTALEÓN: MILAGRO? ALQUIMIA?

El pasado 27 de Julio se celebró (por parte de algunos) San Pantaleón. Lo curioso del caso es que parte de la sangre de este Santo, que se conserva en el madrileño Real Monasterio de la Encarnación, experimenta una metamorfosis de modo que durante 48 horas la sustancia, que a lo largo del año se conserva de un color rojo oscuro y seca en la teca, empieza a convertirse, poco a poco, en un líquido de una tonalidad brillante. Estamos hablando, en efecto, del fenómeno de la licuefacción de la sangre, que viene sucediendo, al parecer, cada día 26 de Julio, víspera del martirio del Santo, desde el año 1616, cuando se fundó el Monasterio. Esta sangre fue allí llevada desde Ravello (Italia) y permanece desde la misma fundación del Monasterio, obra de la hija del virrey Juan de Zúñiga, quien la trajo a la Península en 1611.

Pero ¿quién es nuestro protagonista? San Pantaleón fue médico del emperador Galerio Maximiano en Nicomedia. Su padre, Eustorgio, fue un médico pagano, como lo fuera el propio Pantaleón hasta que se convirtió al cristianismo por influencia de Eubula, su madre. Entonces se dedicó a "la curación a través de lo más alto" según extraemos de un antiguo manuscrito del siglo VI que está en el Museo Británico. Fue delatado y condenado a muerte, aunque el propio emperador Galerio intentó que su médico apostatase y salvase así su vida, lo cual el Santo no aceptó.

Según las actas de su martirio, trataron de matarle de seis maneras diferentes; con fuego, con plomo fundido, ahogándole, tirándole a las fieras, torturándole en la rueda y atravesándole una espada. Finalmente, permitió libremente que lo decapitaran y de sus venas salió leche en vez de sangre y el árbol de olivo donde ocurrió el hecho floreció al instante. Moría así, según la Iglesia, Pantaleón a los 29 años de edad.

Volvamos ahora a los hechos milagrosos. Miguel Herrero Esquera, Arzobispo de Santiago de Compostela, capellán mayor y juez ordinario inquisidor, dio orden de que se abriera un juicio a la Sangre de San Pantaleón el 28 de enero de 1724. En esas vistas, que se prolongaron durante 6 largos años, declararon trece testigos: la priora del convento de la Encarnación, Sor Agustina de Santa Teresa; el Obispo de Cuenca, Juan de Alancastre; el calificador de la Santa Inquisición, Agustín de Castejón y los doctores de la corte real, Fernando Montesinos y Juan Tornay, quienes acudieron cada 27 de julio durante siete años consecutivos para dar fe del milagro, como hicieron constar en un manuscrito que se guarda celosamente en el Real Convento de la Encarnación. El documento titulado Información Sobre La Licuación De La Sangre Del Glorioso Mártir San Pantaleón y datado el 30 de agosto de 1729 confirmó ante el notario Vicente Castro–Verde y el juez comisionado Álvaro de Mendoza la realidad del fenómeno:

“Su señoría señor juez declara y confiesa haberla visto líquida y fluida dicho día de San Pantaleón, veintisiete de julio, y después de su festividad condensada y dura, todo repetidas veces en el tiempo de diez años. Y conformándose con el parecer de los expresados teólogos, canonistas y médicos lo tienen y veneran por prodigio y maravilla, alabando a dios Nuestro Señor por las obras sus santos”.

Cabe destacar que desde el plano científico muchos han sido quienes han tratado de hallar una explicación razonable.

Uno de los primeros, Jordán Peña, recurrió al Gran Diccionario Universal Pierce Laurosse, que ya en el siglo XIX, exponía una posible solución al enigma mostrando los elementos necesarios para reproducir el fenómeno. Así estableció que “la mezcla se mantenía sólida mientras la temperatura del salón no excediera de 21 grados centígrados. Tan pronto el ambiente se caldeaba, por ejemplo apretando el tubo de ensayo entre los dedos, la sangre pasaba del estado sólido al pastoso para luego convertirse en líquida”. Por desgracia, aunque Peña logró reunir a a un grupo de especialistas como Juan Eslava Girauta, director del departamento de Neumología del Hospital Puerta del Hierro; José María Cebreiro, licenciado en Ciencias Químicas; Eduardo Torroja, miembro del Instituto de Investigaciones Científicas y Ramos Perera, presidente de la Sociedad Española de Parapsicología, no logró obtener los permisos necesarios para estudiar con profundidad la ampolla de sangre del Santo.

Cuatro años más tarde tomó el relevo el periodista y escritor José Maria Ibarrola, quien aportó nuevos datos tras realizar una entrevista en la que un sacerdote jesuita y profesor del Real Colegio Alfonso XII del Escorial, Agustín Fernández, descifraba la formula mágica para desarrollar la metamorfosis. Ambos desarrollaron los pasos que se citaba en un libro de alquimia firmado por
Evonimo Philliatro, seudónimo del médico y naturista alemán Conrad Gesner, en 1511 titulado Tesoro De Los Remedios Secretos.

En el capítulo XXVII se encontraba presuntamente la solución al misterio bajo el título Aceite de Santo:

“Se toman tres libras de sangre pura y roja de hombre bien sano o de varios, entre los veinticinco y treinta años; una libra de esperma de ballena y otro tanto de médula de buey. El aceite, así destilado, crece y crece junto con la Luna. Por lo que se denomina aceite de santo”. Ibarrola y Fernández llevaron a cabo el experimento descrito por el alquimista con total rigurosidad -lo cual es más que meritorio teniendo en cuenta la naturaleza de algunos de sus ingredientes- en el año 1988, pero el desenlace no fue el esperado. Durante tres horas –afirmó Ibarrola– estuvimos observando la pócima que cambiaba de color. Finalmente Agustín extrajo un líquido viscoso que se parecía al chocolate tanto en su color como en su olor”.

En definitiva, habemus misterio. Una vez más nos encontramos ante hechos que les parecerán a algunos claramente milagrosos y a otros, como mínimo, les suscitarán algún tipo de duda. Hablando de dudas, la mía es la siguiente: ¿por qué la Iglesia no ha concedido jamás permiso a ningún científico para analizar el venerado líquido? Doctores -entre otras muuuchas cosas- tiene la Iglesia.

viernes, 13 de julio de 2007

YO CONFIESO (II)

Yo también.
PD: ¿Satisfecho?

CRISTIANISMO PRIMITIVO

Unos meses antes de que estallase el fenómeno de El código da Vinci y los orígenes del cristianismo se pusieran de moda yo me leí la novela. Lo reconozco. Pero más por curiosidad que por creer la teoría defendida en ella. Cuando terminé saqué claramente tres conclusiones. La primera es que la novela es pésima, tanto por su nivel literario como por las tonterías que allí salen (aunque debo reconocer que se lee rápido y no aburre, lo cual me parece su única virtud). Segundo, que en la novela no había nada ni novedoso ni revolucionario, pues la teoría de la relación entre la Magdalena y Jesús y su posible descendencia, y la relación de ésta con las principales casas reales europeas tiene muchos siglos de antigüedad. Novedad cero, pues. Sin embargo, la tercera conclusión que saqué en claro sí que me ha sido provechosa: el escaso conocimiento que yo tenía sobre los primeros años del cristianismo hasta su consolidación como religión oficial del Imperio Romano (durante el siglo IV, desde Constantino hasta Teodosio).
Picado por la curiosidad (curiosidad por aprender, ante todo) decidí empezar a leer sobre el tema y comencé precisamente por el "enemigo", es decir, el libro que literalmente había "plagiado" Dan Brown para El código... y que llevó a dos de sus autores a enfrentarse con Brown en los tribunales. El libro en cuestión es El enigma sagrado, de Michael Baigent, Richard Leigh y Henry Lincoln. Más de lo mismo, pero en lugar de novela, un ensayo "histórico".
No obstante, el tema seguía interesándome y en la sección de libros de una revista de divulgación histórica (no recuerdo cual) vi la publicación de un libro llamado Guía para entender el Nuevo Testamento, de un tal Antonio Piñero. El nombre me sonaba de algo. Era ese señor al que en ciertas ocasiones recurría Íker Jiménez para hablar de cristianismo primitivo.
Desde entonces Antonio Piñero se ha convertido en mi referente para ir aprendiendo sobre esos años un tanto "oscuros" de la religión cristiana, en los que no había una doctrina oficial y convivían más o menos pacíficamente (al menos en un principio) diversos modos de ver la nueva doctrina organizada alrededor de un hebreo que vivió y murió en Palestina hace aproximadamente 2000 años. Para Piñero, la existencia histórica de Jesús no puede ponerse en duda, aunque lo que se conoce de él ha sido manipulado por sus seguidores voluntaria o involuntariamente, por lo que una cosa es el Jesús histórico (del que poco se conoce) y otra el Jesús del Nuevo Testamento y de los textos apócrifos (es decir, el "oficial").
Actualmente, estoy leyendo Jesús. La vida oculta, según los Evangelios rechazados por la Iglesia, un interesante estudio de lo que fue la vida de Jesús antes de emprender su vida pública. Para este período los textos canónicos son insuficientes, pues tan apenas nos revelan datos interesantes, por lo que hay que remitirse a los textos apócrifos y gnósticos. Y esto es precisamente lo que realiza Antonio Piñero en este libro.
En definitiva, todo este rollo que he soltado en los párrafos anteriores es simplemente para recomendar a todos aquellos que sientan curiosidad por conocer el cristianismo primitivo (y cualquier tema en general, claro está) que acudan a lecturas serias y fiables (como el profesor Piñero, por ejemplo), y se alejen lo máximo (al menos en un principio) de todo ese grupo de pseudohistoriadores e iluminados que, unos buscando notoriedad y otros dinero, no dudan en falsear la realidad y darnos visiones sesgadas y parciales de la Historia. No obstante, una vez hayamos adquirido un nivel suficiente para distinguir unos y otros, es recomendable también visitar esas otras "fuentes" (aunque yo hiciera el camino a la inversa).
Recomiendo, finalmente, el blog personal de Antonio Piñero.

EL MITO DE LA CREACIÓN DEL MUNDO

En los últimos 130 años se han descubierto y publicados varias versiones del Enuma Elish, el Poema de la Creación acadio, datado hacia 1200 a.C. Una de las versiones (descubierta en Sippar y escrita en babilonio en el siglo IV a.C.), dice así:
La santa casa, morada de los dioses, (todavía) no estaba edificada en un lugar santo;
la caña no había crecido, el árbol no había sido creado,
ningún fundamento estaba en su lugar, (su) molde no había sido creado,
la casa no había sido construida, la ciudad no estaba fundada,
la ciudad no había sido edificada, los seres vivientes no existían (todavía).
Nippur no estaba edificada, el Ekur no había sido creado,
el Apsu no estaba hecho, Eridu no había sido creada,
de la santa casa, morada de los dioses, el lugar (de residencia) no había sido hecho.
La totalidad de los países era mar,
lo que entonces existía estaba sumergido en el mar;
entonces Eridu fue edificada, el Esagila fue creado,
el Esagila que Lugaldukuga fundó en el seno de Apsu;
Babilonia fue edificada, el Esagila (fue) allí acabado;
los Anunnaki que él creó en número equilibrado
la nombraron solemnemente ciudad santa, morada agradable a su corazón.
Marduk en la superficie de las aguas ensambló un cañizo,
creó el polvo y con el cañizo lo mezcló.
Para instalar a los dioses en una morada agradable a su corazón
creó a la humanidad.
La diosa Aruru creó con él la raza de los hombres;
él creó sobre la tierra desierta el ganado de Shakkan, dotado de vida,
creó y puso en su lugar el Tigris y el Éufrates,
a los que dio el nombre adecuado.
Creó la hierba, los sembrados, los cañaverales y la madera,
creó la vegetación de la estepa,
las tierras firmes, los marjales y las cañas,
la vaca salvaje y su cría, el ternero salvaje, la oveja y su cría, el cordero del redil,
también los jardines y los bosques,
el carnero salvaje, la cabra montés [...]
El señor Marduk en los confines del mar hizo un terraplén,
[...] cañaverales y juncos instaló,
[...] hizo existir [...];
creó cañaverales, creó árboles,
(hizo fundamentos), creó el molde,
(construyó la casa, fundó la ciudad,
edificó la ciudad, puso en su lugar a los seres vivientes,
edificó Nippur, creó el Ekur,
edificó Uruk, creó el Eanna).
Traducción de Federico Lara Peinado en Mitos sumerios y acadios, Nacional, Madrid, 1984, p. 245, obtenido de GRAVES, Robert y PATAI, Raphael,
Los mitos hebreos, Alianza, Madrid, 2007, pp. 22-24.

Supongo que, tras la lectura, os habrá sonado (a mí sí) a otro mito de la Creación que nos toca más de cerca (Génesis, 1-2, 3).
Otra muestra que el Mediterráneo es un pequeño charco y Oriente Medio, desde los albores de la civilización, un lugar de cruce y encuentro de cientos de culturas y civilizaciones (¡más o menos como hoy en día!).

sábado, 7 de julio de 2007

El caso de la BOMBA GAY

Son muchas las ocasiones en que un viejo sabueso como yo piensa que el mundo está cambiando demasiado rápido... o demasiado lento, según se mire. Hace escasas semanas volví a tener esta sensación al enterarme de que el laboratorio Wright del Ejército de los EE.UU. solicitó a su Gobierno una partida de 7,5 millones de dólares para desarrollar una "bomba gay" que al explotar convertiría a los soldados enemigos en homosexuales, transformando sus trincheras en una bacanal jamás vista. El texto en cuestión fué presentado en el 94 al Pentágono, y no trascendió a la opinión pública hasta ahora.

Según consta en el documento, el mentado laboratorio Wright del Ejército del Aire de Dayton (Ohio) pretendía desarrollar un producto químico de gran poder afrodisíaco que llevaría a “un comportamiento homosexual” y minaría “el espíritu y la disciplina de las unidades enemigas”. El propio Pentágono reconoció la existencia de tal documento, pero intentó quitar hierro al asunto y manifestó a través del teniente coronel Brian Maka que “el departamento de Defensa jamás alentó tal concepto (…) Y ningún financiamiento fue aprobado por el Pentágono”. Englobó el proyecto en una serie de estudios sobre armas no mortales entre las que se encontraban un producto químico que haría a los enemigos muy sensibles a la luz del sol y otra que buscaba lograr abejas super agresivas. Pero Edward Hammond, del Sunshine Project -asociación germano-americana que descubrió los documentos en 2004- afirma que “la proposición no fue rechazada de plano. Fue examinada más tarde” y que la idea fue insertada en el año 2000 en un CD-ROM promocional sobre las armas no mortales por un organismo del Pentágono con base en Quantico, siendo la idea reiterada en un estudio remetido a la Academia Nacional de Ciencias en 2001.

Estos hechos dejan bien a las claras lo que en el Ejército de los EE.UU. se piensa de la homosexualidad y los homosexuales, y es que llueve sobre mojado. El secretario de Defensa, Robert Gates, decidió no mantener en su puesto desde septiembre al jefe del estado mayor conjunto, el general Peter Pace, quien calificó la homosexualidad de «inmoral» en una entrevista con el diario Chicago Tribune. Actualmente la ley autoriza a los homosexuales a comprometerse en el ejército a condición de que callen su orientación sexual y la misma no les sea preguntada, aunque un proyecto de ley demócrata propone reformar dicha ley, llamada “no pregunte, no diga” (’Don’t Ask, Don’t Tell’), adoptado en 1993 bajo el mandato de Bill Clinton.
Las reacciones a nivel mundial no se han hecho esperar, desde el plano científico: “imaginar que vaporizar un producto químico sobre alguien pueda hacerle homosexual es grotesco, e imaginar que este individuo transformado en homosexual se haga entonces un mal soldado es también grotesco”, dijo Aaron Belkin, profesor en la Universidad de California Santa Barbara. Otros en cambio se lo toman con más humor: “Los imbéciles que tuvieron esta idea deberían ser abofeteados y ser forzados a escuchar los discos de Judy Garland para el resto de su vida”, escribió Ed Brayton en el Huffington Post.

Así pués parece que se pretende avanzar muy rápido en el tema armamentístico... bastante más rápido de lo que avanzan las retrógradas mentes de algunos seres humanos a quienes se les da un poder mucho mayor del que merecerían tener... por nuestro propio bien.
Y dicho esto, y ya que la melancolía empieza a hacer presa de mí una vez más, dejo el teclado, que no es lo mío y me voy a beber grappa donde mi amiga Rosa.
A rivederci!

lunes, 2 de julio de 2007

YO CONFIESO

Hoy tengo la desagradable tarea de realizar una confesión: ésa y no otra es la razón que me lleva a escribir este post. No lo hago del todo voluntariamente, lo reconozco, sino más bien chantajeado por un judas que dice ser mi amigo... (se lo perdono porque suele invitar él cuando vamos desataos de cañas, que si no…). En fin, que espero que en caso de que exista el Paraíso o el Valhala o el Jardín de Alá o los Campos Elíseos o la Nada o el Uno o el Mundo Arquetípico de las Ideas o lo que sea, esta muestra de valentía y contrición desgrave y me lleve una alegría extra como bienaventurado de pro.

Allá voy: se da el caso de que en mi más tierna juventud y llevado por mi intachable amor filial, pensé en regalarle a mi padre uno de esos utensilios del intelecto denominados libros. Procedí con irresponsable e indocumentada alegría a seleccionar pizpiretamente un tomo considerable que trataba sobre la Guerra Civil (la nuestra, la del 36…), sabiendo como sabía que dicha materia sería del agrado del pater familias. Pero parece que ese día tenía mis estrellas y mis planetas menos conjuntados que el vestuario de Mágnum, porque el ladrillo que agarré era ni más ni menos que Los mitos de la Guerra Civil, de un señor que entonces desconocía completamente llamado Pío Moa.

…En realidad ésa era mi única excusa, que no lo conocía. Supongo que me hizo gracia que existiera alguien con un nombre artístico tan económico y breve (… nunca seis letras tan bien repartidas en cuatro sílabas y dos palabras dieron para tanto…); además, tenía nombre de ídolo de alguna isla de Micronesia o algo así. Luego le vi ese careto enjundioso y ese gesto adusto en la foto de la solapa, amén de la boina, y pensé en lo que hubiera dicho Della Porta, destacado difusor de la ciencia de la fisiognomía, analizando semejante rostro: un individuo braquicefalado asaz intrépido y audaz, generoso y de criterio noble, con párpados que denotaban coquetería encantadora y las cejas vigorosas de un hombre talentudo, cejas de medio punto… también estaba claro que era más feo que un concurso de imitadores del Fary, pero en literatura eso suele ser indicativo, las más de las veces, de brillantez (…cosa que este hombre sólo tiene en la calva, y eso según la luz… ); y además con ese bigotillo nebuloso y enmarañado (ahora que caigo, parece una descripción de su pensamiento… ); en realidad, parece un bigote de pega… un momento, ahora que me doy cuenta, también las cejas parecen falsas (de hecho están como pintadas con rotulador de punta gorda… ), y esos ojillos pequeños, redonditos, dispares, como sacados de un tebeo de Anacleto… he llegado a preguntarme si es cierto que un tío llamado Pío Moa y con esa jeta carnavalera existe realmente o es sólo URDACI disfrazado.

Es lo que Heiddegger describiría como “viva imagen del olvido del Ser” y Mortadelo como un “tipejo con cara de besugo”. En realidad, es igualito que Sir Tim O’Theo pero sin su distinción, claro; juzguen ustedes mismos:

No es mi intención insultar a Sir Tim O'Theo, cuya lectura es un millón de veces más estimulante que la de P.M., sin lugar a dudas...

…Encima me entero de que el menda fue terrorista en sus tiempos mozos: ¡como para creer en las medidas de reinserción en este país!!!... ¡encierras a un terrorista inofensivo y te lo convierten en esto!...¡gensanta!!!

…¡Ah!, y al parecer, no para de citar a Montesquieu, que si Montesquieu por aquí, que si Montesquieu por allá, que si Montesquieu dice que no sé qué… yo creo que si el bueno de Charles levantara la cabeza y leyera las soplapolleces que va diciendo de él le metería la boina por el culo hasta la campanilla.

Sé que estoy recurriendo en exceso a la descalificación gratuita, pero… ¡es que me sienta muy bien, no puedo parar! En fin, que discúlpenme si me desahogo en este blog; si no dejo de meterme con él aquí es porque en el suyo hay que pagar para opinar… ¡encima eso!!!

De haber sido consciente de lo que tenía entre manos, hubiese preferido regalarle a mi padre un disco de Georgie Dann o un manual en sánscrito para la cría del higo chumbo. Pero ya no se puede dar marcha atrás. Ahora estoy avergonzado porque sé que eso no se le regala a la sangre de mi sangre, recórcholis. Me pongo en su lugar y pienso que si mi hijo, el futuro báculo de mi vejez, me regalara algún día algo así, me suicidaría a ostias.

Bueno, yo ya he cumplido: contrito quedo y recogido el guante está. Ahora le toca a uno que yo me sé…

jueves, 28 de junio de 2007

TU PROPIA CARTA ASTRAL.

Después de la carta astral de Jesús, si queréis experimentar en vuestras propias carnes el indecible poder que sobre nuestros destinos ejercen los astros y estremeceros ante la inabarcable sabiduría de algunos elegidos dejad los sudokus y conoced qué os tenían reservado los arcanos en el instante de vuestro natalicio.
No olvidéis hacer también la de vuestras familias y amigos, que es gratis, y para que experimentéis os adjunto los datos del nacimiento de algunos personajes famosos:

• Federico Jiménez Losantos, 15 de septiembre de 1951, en España.
• Friedrich Wilhelm Nietzsche, 15 de octubre de 1844, en Alemania.
• Mao Zedong, 26 de noviembre de 1893, en China.

Haz tu carta astral.

sábado, 23 de junio de 2007

"EL DIVINO" Y OCASIONALMENTE "HERÉTICO" MORALES.

Cuando se hace un repaso por las obras pictóricas del siglo XVI español se hace difícil pensar en la existencia de pinturas con contenido simbólico-esotérico, sensación que se ve acentuada si establecemos comparaciones con Italia, o siquiera con Francia. Pero lo cierto es que aunque prácticamente la totalidad del corpus artístico español de aquella época constituye iconográficamente un despliegue representativo de símbolos católicos alejado conscientemente de cualquier tipo de ambigüedad expresiva y de oscurantismo en el significado, no es menos cierto que existen excepciones y éstas son francamente interesantes.

Así, por su exotismo, me gustaría comentar brevemente un cuadro de Luís de Morales la Hispanic Society de Nueva York. Morales fue apodado conservado actualmente en “El Divino” precisamente por la forma extraordinaria en que describía los arrebatos místicos de los personajes de sus pinturas. Plásticamente, sus recursos expresivos participaban tanto del manierismo italiano como de la pintura flamenca. Su arte acostumbra a ser austero, lo cual acentúa aún más el carácter místico de sus composiciones (en este sentido, se suele establecer el parangón entre nuestro pintor y los poetas místicos al estilo de fray Luís de Granada o san Juan de Ávila).

Por ello resulta más extraño que sea un autor como éste el que nos brinde una pintura como esta Sagrada Familia:

Luís de Morales: Sagrada Familia (1562-69), Hispanic Society, Nueva York.

Lo inusual de esta obra es la aparición en ella de algunos símbolos que aluden a personajes condenados por herejía por la Iglesia Católica. La tabla data de la década de los sesenta del siglo XVI, siendo Juan de Ribera obispo de Badajoz, la ciudad en la que Morales tenía establecido su prolífico taller. El carácter culto y la idiosincrasia de Ribera invitan a pensar que fue él en persona quien sugirió la inclusión en la pintura de dichos símbolos; sobre ellos llama la atención Jonathan Brown en su magnífica obra La Edad de Oro de la pintura en España. Veamos en qué consisten:

Las figuras del primer plano sí son representativas de una iconografía tradicional (incluyendo la alusión a la vida y la regeneración simbolizadas por la cesta de huevos transportada por la mujer de la derecha…); sin embargo, en el paisaje de fondo podemos observar un torreón de escasa altura con la inscripción “Turritus Ader”, La Torre de Ader; aquí comienza la “heterodoxia” simbólica, puesto que dicha torre constituye un enclave de Belén descrito en el “Comentario al Evangelio de San Lucas” de Erasmo de Róterdam, autor que obviamente se encontraba en el punto de mira de la Inquisición.

Pero lo más llamativo es, sin duda, la extraña figura enmarcada en un cuadrado en la esquina superior derecha de la tabla. Su protagonismo es ciertamente desafiante: se trata con toda probabilidad de una representación del horóscopo de Jesucristo según fue publicado por Girolamo Cardano en sus Comentaria in Claudium Ptolomaeum (Basilea, 1554). Debido a que la mera elaboración de un horóscopo del Hijo de Dios era un reconocimiento de la influencia de las estrellas en su destino, este autor fue procesado por la Inquisición en 1571 y encarcelado en Bolonia acusado de herejía.

Más allá de la inexactitud de partida de la fecha de nacimiento de Jesucristo, que sería en todo caso material para otro post, lo cierto es que la identificación de la figura parece incuestionable cuando la comparamos con el horóscopo de Cristo elaborado por Cardano:

..detalle de la tabla de Morales

Horóscopo de Cristo según Cardano.

Así pues, España, como colonia artística y cultural dependiente de Italia, también es capaz de reproducir en menor escala ciertas pautas aparentemente ajenas a una realidad sometida, también en lo creativo, al férreo control de la Iglesia. La introducción de símbolos ajenos a la ortodoxia contrarreformista sólo puede provenir, paradójicamente, al igual que sucede en Italia, de las altas jerarquías eclesiásticas…

jueves, 14 de junio de 2007

TODO LO QUE SIEMPRE QUISO SABER SOBRE LOS MASONES Y NUNCA SE ATREVIÓ A PREGUNTAR (II).

"... Los jarlistas (o sea, los tíos que montan en Harleys) son los templarios de hoy día, tienen las mismas costumbres, su moto es como su caballo, hasta montan dos una misma moto y eso, o sea...los templarios eran una secta de tipos listísimos...los templarios eran masones y quitaron a los moros de España y a los turcos de Bulgaria...el Rey Arturo también era masón..."
Sé que esto les dejará estupefactos, pero aunque parezca mentira el texto entrecomillado de arriba no es una cita de uno de los densísimos y documentadísimos libracos de César Vidal ni parte de la trama de un novelón de Dan Brown; se trata de una interesantísima y sesuda disertación que alcancé a escuchar en una boda en boca de un, en palabras de sus propios amigos, "experto en historia"... un erudito algo fumado, me atrevería a añadir. ¿No es injusto que ejemplares como éste, de tan preclaro juicio, permanezcan en el anonimato?... ¿o no?

martes, 12 de junio de 2007

LAS TRIBUS PERDIDAS DE ISRAEL

El patriarca hebreo Jacob, hijo de Isaac y nieto de Abraham, tuvo 12 hijos, cada uno de los cuales fue génesis de una de las 12 tribus en las que se dividió el pueblo de Israel. Pues, resulta que diez de ellas se encuentran en paradero desconocido desde hace más de 2.500 años. ¿Dónde están? Hay opiniones para todos los gustos.

Por si quieres saber un poco más sobre el tema, reproduzco un extracto del libro Enigma, de Juan Antonio Cebrián
, Bruno Cardeñosa, Carlos Canales y Jesús Callejo, miembros de la Tertulia de las 4C, que actualmente se reunen todas las madrugadas del domingo al lunes en programa radiofónico La Rosa de los Vientos de Onda Cero, dirigido por Cebrián.
En 1524 un judío llamado David Reubéni se presentó ante el papa Clemente VII y el rey de Portugal para tratar de convencerles de que su hermano era el monarca de una de las tribus perdidas de Israel que se hallaba en Asia. Lo que pretendía era buscar una alianza con los reinos cristianos y así poder luchar contra los musulmanes. El desdichado pagó cara su iniciativa: fue quemado en la hoguera por la Inquisición.
Fue uno de los muchos que han asegurado tener la verdad de lo que ocurrió con las diez tribus de Israel, de las que no se tiene constancia desde los tiempos bíblicos.
Jacob tuvo doce hijos, que con el tiempo se convirtieron en los líderes de otras tantas tribus que se repartieron por Israel. Diez tribus en el norte (Rubén, Simeón, Levi, Isacar, Zabulón, Dan, Neftalí, Gad, Aser y José) y dos tribus en el sur del territorio (Judá y Benjamín) que formaba el reino de Judá, con Jerusalén como capital. Diez de ellas desaparecerían sin dejar rastro tras la deportación del general asirio Salmansar V en el año 740 a.C. Salmansar invadió Israel y se apoderó de la capital samaria (durante el reinado de Osaeas). Durante el mandato de su sucesor, Sargón II, el antiguo reino septentrional se convirtió en provincia asiria y deportó a la región del norte del Éufrates a veintisiete mil miembros de la clase alta de Israel.
El historiador Flavio Josefo (Antigüedades judías, tomo IX) relata que en el 722 antes de nuestra era, diez tribus del norte de Israel fueron llevadas más allá del Gran Río (el Éufrates).
Adónde fueron a parar realmente? Unos pocos datos se encuentran en el II Libro de los Reyes, donde se refiere que las diez tribus fueron llevadas a Asiria, a las ciudades de los pueblos medos, en los márgenes del río Tigris. Estas tribus se olvidan de los estatutos y mandamientos que Yahvé les dio, y se dedican a las adivinaciones y agüeros. Es un exilio que dura muchos años, tantos que los cronistas de la Biblia se olvidan de ellas.
Andreas Faber-Kaiser (Jesús vivió y murió en Cachemira, 1976) recoge numerosas leyendas que dicen que Jesús sobrevive a la crucifixión, sale de Jerusalén y se dirige con su madre, María, y Tomás a la India buscando las diez tribus perdidas que se creían diseminadas por las comarcas de Afganistán y Cachemira.
Un libro apócrifo (Apocalipsis de Ezra o Esdras II) escrito en griego hacia el año 100 d.C. cuenta como un ángel revela al cronista que las diez tribus, tras haber sido trasladada al otro lado del Éufrates, decidieron emigrar hacia una región “más apartada donde nunca habitó el género humano y que, al cabo de año y medio de camino, llegaron a Asrareth, donde fijaron residencia”.
En el siglo X d.C. un tal Eldad Ben Mahli apareció en Kairuan (Túnez) anunciando que procedía de un reino judío de Etiopía y que allí se encontraban cuatro de esas tribus. Pero en esta época medieval era difícil comprobar esta clase de asertos, sin embargo, quedó la leyenda consoladora de ese “reino oriental”. De vez en cuando estos rumores eran avivados por viajeros y aventureros. Un viajero judío de origen español, llamado Benjamín de Tudela, presentó en Alemania un informe sobre las comunidades judías existentes en el Oriente más próximo, en Persia y en tierras limítrofes.
A raíz de unas cartas que manda un rey cristiano que se hace llamar Preste Juan en el siglo XIII y que habla de un territorio situado en Oriente capaz de albergar todas las maravillas, muchos pensaron que en aquel misterioso lugar tenían que estar esas tribus perdidas.
Todas las esperanzas estaban depositadas en Asia, incluso en los territorios míticos de Shambala y Agartha. Luego en la desconocida África y, más tarde América. Para el obispo de Landa los indígenas americanos eran los auténticos descendiente de los hebreos perdidos. El judío portugués Antonio de Montesinos relató que se había encontrado en Perú con algunas personas que decían ser descendientes de la tribu perdida de Rubén. El fraile Diego Durán tampoco tuvo dudas acerca del origen hebreo de los nativos de la Nueva España. El asunto era atractivo para los teólogos e incluso para los lingüistas, pues más de uno vio en algunos de los idiomas de América una deformación corrompida del hebreo. El lingüista francés Henry Onnfroy de Thouron defendía que el quechua de los pueblos andinos y el tupi de los nativos brasileños eran de origen hebreo-fenicio. El explorador alemán Waldek decía que los toltecas podrían ser los descendientes de las tribus israelitas.
Los mormones, con Joseph Smith, consideraban a los indios americanos como descendientes de los judíos emigrados de Jerusalén en la época de Zequedías, aunque éstos no pertenecieron a las diez tribus de Israel.
Lo más extraño es que alguien quisiera encontrarlas en el interior de la Tierra Hueca (el capitán J.C. Symmes) y otros en Europa. En 1649 el británico John Saddler dice que los habitantes de las islas Británicas eran los legítimos descendientes de esas diez tribus perdidas. Richard Brothers reconstruyó el itinerario: se convierten en escitas, cruzaron el Cáucaso, costearon el mar Negro y recalaron en Alemania. Allí se transformaron en los sajones y adoptaron una nueva lengua. Más tarde se marcharían hacia las islas Británicas.
Otra teoría planteaba si el pueblo cíngaro no sería una de las tribus perdidas. La semejanza del éxodo de los dos pueblos les hace pensar que estos últimos pueden ser una de esas tribus.
Seamos sensatos. El destino final de esas tribus se ha ido diluyendo con el devenir de los tiempos y con las gentes de los países que han ido recorriendo. Tal como dice la Biblia, los dispersaron por el norte de Asiria, mezclándolos con otros pueblos cautivos, mientras servían como esclavos. Dejar que siguieran existiendo como tribus hubiera sido un error estratégico y lo más lógico es que se mezclaran con la población local hasta desaparecer como pueblo.
CEBRIÁN, Juan Antonio, CARDEÑOSA, Bruno, CANALES, Carlos y CALLEJO, Jesús, Enigma. De las pirámides al asesinato de Kennedy, Temas de Hoy, Madrid, 2006.