DESDE ITALIA NOS LLEGA UNA NUEVA TEORÍA SOBRE DEL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA.
Tras finalizar lectura de la delirante Ángeles y demonios de Dan Brown (a la que ya dediqué unas breves palabras hace unos días), un nuevo libro le ha tomado el relevo. Se trata de La ruta prohibida y otros enigmas de la Historia, de Javier Sierra.
Pues bien, en el primer capítulo de La ruta prohibida... Javier Sierra nos cuenta que en la tumba del papa Inocencio VIII, en la basílica de San Pedro, observó una inscripción que dice: "Novis orbis cuo aevo inventi gloria" (cuya traducción, según Sierra, sería "Suya es la gloria del descubrimiento del nuevo mundo") y está fechada en MCDXCIII (1493), cuando el sumo pontífice falleció a mediados del año anterior.

Según Marino, periodista de Il tempo, a mediados del verano de 1490, Inocencio VIII (genovés, cuyo verdadero nombre era Giovanni Battista Cybo y fue papa entre 1484 y finales de 1492) estaba preocupado por el avance turco en el Mediterráneo, especialmente desde la toma de Constantinopla en 1453. Incluso se atrevían a realizar incursiones en la mismísima península itálica. Para contrarrestar este empuje, pensó en resucitar la idea de cruzada y reconquistar Tierra Santa (aprovechando la inminencia del Jubileo de 1500). Su idea era dividir la cristiandad, es decir, Europa, en tres grandes ejércitos: el del propio papado, por un lado; un segundo bloque formado por el Sacro Imperio Germánico, Hungría y Polonia en Europa central y oriental; y, la Corona Hispánica de los Reyes Católicos, Francia e Inglaterra, en Occidente. Sin embargo, la inesperada muerte de Matías Corvino, rey de Hungría desde 1458, echó por tierra los planes papales.
No obstante, Inocencio VIII no cejó en su empeño y continuó con su proyecto. Para ello, era consciente de que necesitaba reunir gran cantidad de oro y plata. Y para tal empresa, siempre según Marino, parece ser que recurrió a un paisano suyo. Un tal Cristoforo Colombo, más conocido por su nombre castellanizado, Cristóbal Colón.
¿Y qué tiene que ver Colón con un papa? ¿No llevaba ya muchos años lejos de Itania y afincado en Portugal? ¿En esas fechas no estaba ya en la corte castellana esperando la aprobación de su proyecto? Pues parece que Marino tiene una explicación. El Descubridor podía haber estado ya en América en 1486 o 1487 y conocer así la existencia de minas de oro y plata en el Nuevo Continente. El por qué y cómo estuvo Colón, presuntamente, en América cinco o seis años antes de la fecha oficial ya lo trataré en otro post más adelante, pues no es el objeto de este escrito y tampoco añade ni resta información a la tesis del periodista italiano. Pues resulta que, además de por poder acceder a gran cantidad de metales preciosos, Colón era el hombre indicado, pues era, siempre -repito- a juicio de Marino, familiar de Inocencio VIII, quizás incluso su hijo natural.
Pruebas presentadas por Marino para afirmar lo anterior:
• por todos es sabido el oscurantismo que rodea a los orígenes de Colón y a su vida anterior a su aparición en Castilla, motivo por el cual se sospecha que tiene antepasados de origen judío o musulmán;
• Inocencio VIII tenía igualmente ascendencia hebrea y familiares musulmanes, coincidiendo sospechosamente(?) con Colón;
• la abundancia de genoveses entre la tripulación del primer viaje a América;
• en esa primera travesía, las velas de las tres naves portaban tres grandes cruces paté, la divisa de los caballeros templarios, de los que, al parecer, Colón se sentía heredero y de los que obtuvo la información sobre el Nuevo Mundo;
• y la primera isla en la que pusieron pie fue bautizada como Cuba, palabra que Marino la hace derivar, no de la lengua indígena de la isla, sino de Cybus, el apellido del pontífice (y que, a su vez deriva de cubus y cubos).
