LA VIDA PRIVADA DE FILEMÓN PI
Conocidos por todos (o casi) son los debates que, sobre la ideología política de tal o cual personaje del cómic, aparecen de vez en cuando en los medios de comunicación (y en especial en Internet). De este modo, se discute si los pitufos son comunistas (siendo su sociedad una gran comuna y Papa Pitufo una especie de Karl Marx en miniatura con su ropa roja y su abundante barba blanca), si Roberto Alcázar y Pedrín o el Guerrero del Antifaz (los más jóvenes ni sabrán quiénes son estos personajes) son los paladines del nacionalcatolicismo franquista, si el Capitán América es un imperialista yanki o, especialmente, si el Tintín de los primeros álbumes es racista y perfecto modelo de la versión fascista belga, el rexismo (sobre este punto espero la respuesta puntual de nuestro compañero y, pese a eso, amigo Comisario Borelli [el guante queda lanzado]).
Sin embargo, sobre los dos personajes más célebres de la historieta española no se ha hablado demasiado. Al menos que un humilde servidor sepa. Me refiero, claro está, a Mortadelo y Filemón, los dos agentes más famosos y torpes de la T.I.A., creados por el genial Francisco Ibáñez.
Sobre el primero de ellos, no he encontrado ninguna prueba de por dónde van sus ideas políticas, porque, además, puede ser que carezca de ellas. Tanto de las políticas como de las normales. Mortadelo es así.
Pero, en cambio, sobre su jefe, el señor Filemón Pi, por su comportamiento cotidiano año tras año podría hacernos sospechar algo. Pero no pasaba de ahí. De ser mera sospecha. Sin embargo, recientemente, releyendo una de sus aventuras (El racista) encontré la respuesta. La prueba palpable y fehaciente de las simpatías que siente por determinado partido político español. No obstante, su afiliación a dicho partido no está confirmada, pero lo que sí que queda claro es hacia dónde mira cada vez que los españoles tenemos que ejercer nuestro democrático derecho al voto.
Si no me creéis, mirad la foto y juzgad vosotros mismos.
1 comentario:
¡Qué suave estuvo Ibáñez presentando el tema! Si a Filemón le pasa eso en medio de un aquelarre pepero, los ultras del geriátrico no le hubieran dejado un solo piño en su sitio a garrotazo limpio, ¡menudos son esos señores defendiendo el espíritu católico-patrio y tal!.
De todas formas hay que reconocer que yo a Mariano Rajoy le veo un poco Filemón...
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