martes, 27 de noviembre de 2007

LOS YOKAI (IV): ROKUROKUBI.

Seguimos con la serie sobre los yokais japoneses. En esta ocasión veremos al Rokurokubi, uno de los más célebres incluso en Occidente.

El rokurokubi es un monstruo femenino muy fácil de reconocer, pues su principal característica es su cuello, extremadamente largo y flexible. Sin embargo, no siempre tiene este grotesco aspecto, pues durante el día es una mujer de una gran belleza sin rasgo alguno de monstruosidad. Pero cuando llega la noche su cuello se alarga como una manguera y se transforma en un yokai.

El origen de la leyenda parece ser una mujer que tenía la fea costumbre de espiar a las personas en sus hogares, por lo que tras su muerte fue condenada a ser un alma en pena.

Acerca de si tiene un carácter peligroso o inofensivo, las fuentes son contradictorias. En algunos relatos encontramos que se un ser muy peligroso que cada noche sala a la caza de hombres, de los que se alimenta robándoles la energía; o que mete su cuello en las casas (por lo visto después de muerta sigue con la misma costumbre) para tomar la energía de sus habitantes. Sin embargo, otros relatos la describen como un monstruo inocente que sale por las noches a beber el aceite de las lámparas de luz que se encuentran en lo alto de las casas (tarea facilitada por su luengo cuello).


Diferentes representaciones del rokurokubi.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Hay que ver lo imaginativos que son los orientales con sus fantasmas! (mejor dicho, monstruos, creo). Diría que al Parmigianino se le apareció uno de éstos.

Toth dijo...

No conocía lo del Parmigianino. Ridley ilústranos con tu sabiduría y cuéntanos la anécdota.
Y gracias a Marina por su ayuda en la corrección de este post. Toda colaboración es y será bien recibida.

Anónimo dijo...

Una mujer cuya afición es meter el cuello en casas ajenas? No me parece algo novedoso. Queda demostrado con estas ilustraciones que la tendencia femenina al cuchicheo les es algo innato. Pasan los siglos y la naturaleza de la mujer no cambia, por más que los que están instalados en la modernez pretendan sacar a la mujer del rol que les fue otorgado por el Sumo Hacedor. Allá ustedes!

En cuanto al certero comentario de nuestro insigne Ridley Pollak, quisiera comentar algo. En el pecado, encontró la penitencia. Me refiero, claro está, al pintorcillo que él menciona en su comentario, cosa que no haré yo por considerar que se trata de un hereje. Únicamente así se explica que se retrate a la Virgen María con un cuello descomunalmente largo. Herejía! El pintorcillo obtuvo lo que merecía, porque no deben ustedes olvidar que "las puertas del Infierno no prevalecerán contra la Iglesia" como nos dijo Jesús. En el infierno de los irreverentes y los alquimistas, allí estará ardiendo el pintorcillo, en el fuego eterno.

Saludos para todos, en especial al amigo -nada más que eso, le ruego no se haga ilusiones, que con ustedes los "afrancesados" nunca se sabe y toda prevención es poca- Girolamo.