domingo, 30 de diciembre de 2007

LEONARDO DA VINCI Y EL SEÑOR SPOCK (O DEL ARTE Y LA CIENCIA... FICCIÓN)

Vuelve a ser tramposillo el título del post, pero no deja de ser una forma de llamar su atención. ¿Qué pueden tener en común el impasible Spock y el genial Da Vinci aparte de su portentoso intelecto? Paciencia que ahora se lo explico…

Estaba estos días estudiando a los seguidores milaneses de Leonardo y buscando imágenes de la obra de Giampetrino me he encontrado con una representación de la Virgen con el Niño con una particularidad: en el reverso aparece representado un complicadísimo poliedro…

Giampetrino: Virgen con el Niño (museo Poldi-Pezzoli, Milán)


Se trata de un Icosidodecaedro; esta figura casi regular está compuesta por 32 caras poligonales: 20 triángulos equiláteros y 12 pentágonos regulares. La primera representación visual que se conserva de este poliedro es la del Códice Atlántico en dibujo de Leonardo y el grabado, basado en sus dibujos, que se usó para ilustrar la obra De Divina Proportione de su buen amigo el monje franciscano Luca Pacioli.

Leonardo dibujó las aristas sólidas para facilitar, a través del juego de luces y sombras, la comprensión de los volúmenes y distinguir claramente las caras que están al frente de las que están al fondo. No sabemos si Leonardo creó las figuras utilizando únicamente su habilidad y su capacidad intelectual y especulativa o se basó en modelos tridimensionales reales.

El caso es que Giampetrino decidió homenajear a Leonardo al tiempo que exhibía su más que notable conocimiento de sus estudios científicos. De ahí el extraño tema geométrico que ocupa el reverso de esta pintura devocional (y que dejaría razonablemente perplejo a cualquier espectador desprevenido). No es la única huella leonardesca del cuadro, ni la más evidente: no hay más que fijarse en la expresión de la Madonna, en la iluminación y en la técnica pictórica empleada. ¿Y se han parado a preguntarse la razón del gesto del Niño, de su extraña torsión? El motivo es que ha visto un gatito, pero no se esfuercen que no aparece en este cuadro: es este gatito que aparece en un esbozo de Leonardo precisamente con el tema de la Virgen y el Niño…

Leonardo reinterpretó este mismo gesto de forma distinta en Santa Ana, la Virgen y el Niño del Louvre, sólo que cambiando el gatito por un cordero y readaptando la postura del niño. A Giampetrino le fascinó el gesto y lo expuso directamente eliminando el objeto que lo motivaba (gatito y cordero).

Pero me estoy saliendo de lo programado, así que vuelvo al tema que me ocupa, que si no luego me enrollo y me riñe Toth. El caso es que el señor Spock, cuya relación con Leonardo da Vinci quiero dejar sentada rotundamente tras este post, era vulcaniano. Los vulcanianos popularizaron un juego llamado Kal-toh que consistía en manipular, hasta hallar el equilibrio (o algo así) un objeto tal que así:

… Pero ustedes ya se han familiarizado hasta tal punto con él que pueden llamarlo por su nombre: ¡claro que sí, el icosidodecaedro, cómo no!

Pues ése y no otro es el nexo entre Leonardo y Spock. Aunque si he de ser honrado, sería más correcto enlazar a Spock con Pacioli o incluso Arquímedes pero… ¿qué quieren que les diga? Ninguno de los dos tiene la prensa de Leonardo como para ser protagonista de cientos de best-sellers. Por cierto, si no lo han hecho ya, escuchen a Spock's Beard, un lujo de grupo.

¡Feliz entrada de Año para todos! ¡Hacia el infinito y más allá!


miércoles, 26 de diciembre de 2007

¿QUIÉN ESCRIBIÓ LAS OBRAS DE WILLIAM SHAKESPEARE?

Del escritor en lengua inglesa más famoso de todos los tiempos se sabe muy poco. Su vida y su obra han sido pasto de todo tipo de elucubraciones, desde una supuesta relación homosexual con Henry Wriothesley, conde de Southampton, hasta la atribución de su vasta producción literaria a otros autores. De esto último nos ocuparemos a continuación.

De todos modos, la inmensa mayoría de historiadores y filólogos defiende contra viento y marea la existencia real de William Shakespeare (1564-1616) y su verdadera autoría sobre todas sus obras.

La primera duda sobre la autenticidad de William Shakespeare como único autor de su magna obra sugirió en 1728, cuando un tal capitán Goulding publicó Ensayo contra demasiada lectura. Allí sugería esta voz crítica que el escritor, dada su formación común, quizá se habría servido en la sombra de un estudioso para auxiliarlo en los detalles eruditos de sus tragedias históricas. Desde entonces se han barajado numerosas teorías que atribuyen a distintas personalidades el repertorio shakesperiano.


A FAVOR

EN CONTRA

Isabel I de Inglaterra
(1533-1603)


La idea de que fue Isabel I la verdadera autora de la obra shakesperiana la desarrolló George Elliot Sweet en 1956, en su libro Shakespeare, el misterio. Para el autor, así lo sugieren la gran inteligencia de la Soberana, su vasta cultura, su necesidad de propaganda literaria y la inconveniencia de firmar títulos de ficción con su propio nombre.

La reina murió antes del estreno de muchos de los trabajos shakesperianos más emblemáticos. Además, por su posición, resultaba imposible que tuviera tiempo libre para escribir las laboriosas tragedias y comedias del Gran Bardo. Tampoco convence el estilo cortesano de las obras como argumento para endosar su elegancia a la misma soberana.

Sir Francis Bacon
(1561-1626)

Una de las hipótesis más sólidas y la más antigua, surgida ya en 1785. En su defensa: la contemporaneidad de los trabajos shakesperianos, la amplísima cultura de Bacon, su facilidad de escritura, sus variados intereses intelectuales y su posición destacada dentro de la corte inglesa.

Diversas figuras históricas han apoyado esta teoría, desde los estadistas lord Palmerston y Otto von Bismarck a los escritores Samuel Taylor Coleridge, Ralph Waldo Emerson y Mark Twain. Sin embargo, cuesta imaginar que un hombre tan ajetreado por labores políticas, filosóficas y científicas se dedicara a desarrollar la enorme obra shakesperiana. Y lo más importante: Bacon firmó con su nombre sus intentos literarios.

Lord Edward de Vere,
conde de Oxford
(1550-1604)

Teoría desarrollada desde los años 20 del pasado siglo, avalada por autores como Looney y Ogburn. Menos notorio que las personalidades anteriores, De Vere tenía los contactos aristocráticos y el talento artístico para ser un Shakespeare. Incluso demostró en varias ocasiones su desapego a la celebridad y el dinero: no le habría importado escribir bajo pseudónimo. Esto, además, le hubiera permitido seguir cobrando de la Corona una renta de 1.000 libras anuales. Sigmund Freud respaldó esta teoría nacida en 1920, una de las más plausibles.

El conde murió antes del estreno o la publicación de los trabajos shakesperianos de madurez. Además, vendió algunos de los títulos que compuso para los Lord’s Chamberlain’s Men, la compañía de Shakespeare. O sea, era un colega suyo, no el autor mismo. ¿Por qué habría de firmar sus mejores obras con pseudónimo si ya cobraba públicamente de la misma empresa por piezas más mediocres? Y su desinterés por el dinero no sería tal si le preocupaba perder la pensión real.

Christopher Marlowe
(1564-1593)

Considerado el padre del verso blanco en inglés y de la tragedia histórica isabelina, desde 1800 se sospecha que este autor fingió su propia muerte para continuar en el anonimato sus labores literarias y de espionaje para el servicio secreto británico. Hay fuertes coincidencias de estilo entreMarlowe y Shakespeare. Además, de que el segundo comenzó a descollar tras la desaparición del primero, un escritor insigne por mérito propio.

Los contemporáneos de Marlowe aseguran que no eran precisamente un hombre modesto. Tan brillante como fanfarrón, sus alardes sexuales, su bravuconería y sus borracheras hicieron peligrar más de una vez la clandestinidad en que debía mantener su trabajo para el servicio secreto. Resulta difícil que un personaje de estas características se hubiera resistido a reclamar para sí la fama y la prosperidad alcanzada en el teatro por Shakespeare.

Un colectivo de intelectuales contemporáneos

Un grupo de hombres notables que trabajaran coordinados (Christopher Marlowe, Francis Bacon, Edward de Vere, Robert Greene, George Peele, Samuel Daniel, Thomas Nashe, Thomas Lodge, Michael Drayton y Thomas Dekker) explicaría la calidad constante, la prolijidad abrumadora, la multitud de personajes tan diversos como bien perfilados y otros rasgos sorprendentes del canon shakesperiano. Esta idea se promociona a partir de 1892.

La tesis del colegio de genios isabelinos y jacobinos hace aguas en cuanto a la homogeneidad del estilo, la complicación de armonizar con naturalidad a talentos tan variados, la coherencia ideológica y otras claves presentes en los trabajos de Shakespeare.


Cronología de las dudas sobre la autoría de Shakespeare (en inglés) AQUÍ.

Pero he querido dejar para el final las dos teorías más rocambolescas y disparatadas. Y además, son de las que hacen Patria. La primera defiende que Shakespeare en realidad era un judío sefardí (de origen español) llamado Santiago Pérez, que en Inglaterra fue rebautizado como Jacques Peres y de ahí, por deformación fonética, en Shakespeare. A quien se le ocurrió esto, por lo menos imaginación no le falta.

La segunda bizarro-teoría (neologismo de de invención propia) defiende que William Shakespeare y Miguel de Cervantes son la misma persona. Eso mismo. No estás leyendo mal. Ni mi juicio se ha nublado. Esa teoría existe y hay personajes que lo defienden. Argumentos: son los dos máximos representantes de la literatura mundial (cada uno en su lengua, claro); murieron el mismo día, el 23 de abril de 1616 (falso, pues el calendario inglés de la época iba con 10 días de retraso respecto al usado en Castilla); no se conoce con exactitud dónde está enterrado Cervantes; no hay testigos ni menciones directas de nadie que haya asistido a su entierro; Shakespeare conocía e incluso leyó El Quijote (obra que le inspiró en la realización de la inédita Cardenio)... Argumentos todos de "gran peso".

Los dos genios juntitos.

La teoría Cervantes-Shakespeare más ampliada:

http://apostillasnotas.blogspot.com
http://rafaminu.blogspot.com

En definitiva, vemos que hasta la más sesuda literatura puede ser objeto de las más disparatadas teorías, proviniendo algunas incluso de verdaderos pesos pesados de la Historia, como Freud o Mark Twain o Bismarck.

lunes, 24 de diciembre de 2007

¡¡¡FELICES FIESTAS!!!

En unas fechas tan entrañables como éstas, los administradores y colaboradores de El blog de Hermes Trismegisto les desean unas felices fiestas y un próspero 2008.
Coincidiendo con estas fiestas, hoy hemos alcanzado las 5000 visitas. No son muchas, pero para nosotros significan mucho. Gracias a todos.
Y ya no me extiendo más, que para discursos tostones ya tenemos esta noche el del rey. Nos seguimos viendo.

domingo, 16 de diciembre de 2007

VELÁZQUEZ MÁS ESOTÉRICO QUE NUNCA.

Siguiendo el camino iniciado por el compañero Girolamo en su interesante artículo sobre el significado oculto tras Las meninas de Velázquez, se acaba de destapar otro gran enigma de la Historia del Arte. Hay otro código oculto en la obra del genial pintor sevillano. Increíble pero cierto. En esta ocasión, en otro de sus cuadros más famosos, La rendición de Breda, conocido popularmente como Las lanzas.
Esta nueva teoría, verdaderamente revolucionaria, de ser cierta, podría hacer temblar los cimientos de la Historia del Arte y un nuevo nombre debería unirse al Olimpo de historiadores del Arte para perpetuarse en el tiempo junto a Winckleman, Gombrich, Panofski, Valeriano Bozal y tantos adalides del Arte.
Abrumado ante tal genialidad, sólo puedo hacer que reproducirla íntegramente sin añadir nada propio, pues sólo lograría desvirtuarla. ¡Agárrense los machos y vean!
Finalmente, pongo enlace a varios comentarios oficialistas alejados de la verdadera realidad del cuadro. Lean, comparen y si lo entienden mejor, apréndalo:

En Wikipedia.
En cossio.net.
En artehistoria.es.
En enciclopedia.us.es.

jueves, 13 de diciembre de 2007

NADA DE NADA.

Ante la reciente utilización de mis últimos artículos para debatir, en los comentarios, asuntos ajenos a lo allí escrito (véase la Escuela de Atenas de Rafael), he decidido poner este post sin tema alguno para poder discutir todo aquello que se desee. Sin límite de tema ni longitud.
Sin ningún tipo de acritud.
¡Que aproveche!

miércoles, 12 de diciembre de 2007

LAURENCE OLIVIER: ACTOR Y ESPÍA.

Laurence Olivier (1907-1989) es conocido mundialmente por ser uno de los mayores actores británicos de todos los tiempos (y, posiblemente, el mejor adaptador cinematográfico de la obra de William Shakespeare), pero también tiene una faceta desconocida para el gran público. Al menos eso afirma una biografía recientemente publicada, en la que se revela que el actor trabajó como agente secreto británico (en el Special Operative Executive y el MI5, el servicio secreto británico) durante la Segunda Guerra Mundial. El libro en cuestión, escrito por Michael Munn y titulado Lord Larry. A personal portrait of Laurence Olivier, está basado en conversaciones mantenidas con el actor entre 1972 y 1981 y en entrevistas realizadas a amigos y compañeros de trabajo del actor inglés.
Al parecer (siempre según la biografía), fue reclutado por el director Alexander Korda en 1940 mientras estaba trabajando en Hollywood. Propuesto directamente por el Premier británico Winston Churchill, Olivier trabajó como director de la operación Korda, que tenía como objetivo aprovechar su privilegiada posición social, que le daba acceso a la flor y nata de la sociedad norteamericana, para crear en Estados Unidos, que se mantenía neutral en el conflicto bélico, una corriente de opinión favorable a la intervención en la guerra al lado del Reino Unido frente a Alemania.
Por ello, cuando los Estados Unidos entraron en la guerra en diciembre de 1941 su tarea finalizó y el actor regresó a Inglaterra para alistarse en la fuerza aérea.
Irónicamente, al iniciarse la contienda mundial, Laurence Olivier fue duramente criticado en Gran Bretaña por quedarse en América y no regresar a su país para alistarse en el ejército.

martes, 4 de diciembre de 2007

JEREMY BENTHAM: UTILITARISTA HASTA EN LA TUMBA.

El filósofo y economista británico Jeremy Bentham (1748-1832) es el padre del utilitarismo, corriente de pensamiento basado en la idea de que el hombre tiene una tendencia hacia el placer y el bien, y contra el dolor y el mal. Fue un trabajador incansable: publicó cerca de un millón de palabras y otro tanto dejó sin editar, fue un radical defensor del vegetarianismo y también inventor del polémico panóptico (o panópticon, cárcel en la cual es posible la vigilancia desde sólo un punto, sin ser visto, y en la que con una mirada que vigile, cada preso la sentiría pesar sobre sí y terminaría por interiorizarla hasta el punto de vigilarse a sí mismo).

Sin embargo, una de sus facetas menos conocidas es la de inventor de palabras. Me explico. Cuando no encontraba palabras que describieran exactamente sus pensamientos, inventaba otras nuevas, creando neologismos. De este modo, al parecer, fue el creador del término “internacional”. Y de esta faceta suya, nos interesa un concepto mucho menos exitoso, pero, sin duda, más divertido, el ”autoicono.

Este concepto está relacionado con su idea de ¿por qué enterrar a los difuntos si eso es un despilfarro? Para ello, propuso utilizar los cuerpos muertos para algo más útil (y vistoso) que simple alimento de gusanos. El buen hombre pensó que los cadáveres, correctamente embalsamados, podrían ser empleados como esculturas para colocar en los cruces de caminos, como elemento dentro de los paisajes (incluso desarrollando escenas) o hasta para decorar los hogares (con las cabezas como centros de mesa). Con esta idea también podríamos considerarle el pionero del reciclaje. Y en consonancia con ello, Bentham pasó sus últimos meses de vida trabajando en un ensayo titulado muy ilustrativamente Autoicono, o los usos de los muertos para los vivos, en el que podemos leer cosas como: ‹‹Si un caballero rural tiene hileras de árboles que se extienden hasta su mansión, los autoiconos de su familia pueden alternar con los árboles; un barniz copal protegería el rostro de los efectos de la lluvia››.

Y como Bentham era un hombre de principios y actuaba siempre en consecuencia, lo dejó todo atado y bien atado para asegurar su futuro postmortem. De este modo, siguiendo sus deseos, a los tres días de su fallecimiento, sus amigos se reunieron con doctores y estudiantes de medicina en la Escuela de Anatomía de Webb Street, donde el cuerpo del filósofo, vestido con su camisa de dormir, yacía en la mesa de disección. Allí, su médico pronunció un panegírico y a continuación, diseccionó el cadáver ante los ojos de amigos y médicos. Además de ser un curioso funeral, el acontecimiento fue también un acto de protesta política, ya que en aquella época los únicos cadáveres que se diseccionaban para que practicasen los estudiantes de medicina eran los de criminales ejecutados (pues la disección estaba considerada como un castigo añadido a la pena capital).

Por desgracia para Bentham, sus amigos no cumplieron su último deseo de ser plantado ‹‹en el camino de entrada a la mansión de un caballero rural››. Como ya he dicho antes, el bueno de Jeremy era, ante todo, un hombre de principios. Pero, en lugar de ello, su esqueleto está sentado en el interior de una urna de cristal en un pasillo del University College de Londres (institución de la que fue cofundador y a la que legó todos sus bienes tras su fallecimiento), vestido con su propia ropa y empuñando su bastón de paseo favorito.

La única alteración que sufrió el cuerpo fue decidida por los funcionarios de la institución, que pensaron que la cabeza tenía un aspecto demasiado desagradable después de la disección, por lo que fue sustituida por una reproducción en cera. No obstante, la verdadera cabeza también está allí, pseudomomificada en el interior de una urna y con unos ojos azules de cristal (que, al parecer fueron, elegidos por el propio filósofo años antes de fallecer).

Y allí sigue en la actualidad, dentro de la vitrina para poder ser visitado y de donde es sacado, en ciertos momentos y bajo determinadas condiciones, y trasladado hasta la sala en que se celebran las juntas directivas del University College. En esas ocasiones, se le considera un asistente más: ‹‹Jeremy Bentham, presente pero sin derecho a voto››.

Al final, el único autoicono que Bentham logró que se creara fue él mismo. Irónico, ¿verdad?

DEDICADO [CON AFECTO] AL COMISARIO BORDELLI.

jueves, 29 de noviembre de 2007

RECOMENDACIÓN: LOS CRISTIANISMOS DERROTADOS, DE ANTONIO PIÑERO.

Acabo de leer en su blog que el profesor Antonio Piñero ha publicado un nuevo libro. El tema, como no puede ser otro, es los orígenes del cristianismo, ocupándose en esta ocasión de aquellos "cristianismos derrotados", como él los llama, es decir, todas aquellas vertientes cristianas que surgieron en los primeros siglos de esta religión y que fueron literalmente borradas del mapa por la tendencia oficial, que será la que sobreviva al paso de los siglos.
Una lectura muy recomendable y que pienso abordar lo más breve que me sea posible.
Y como no creo que pueda explicar el contenido del libro mejor que su autor, aquí adjunto la dirección de la reseña en la que Antonio Piñero explica qué ha querido contarnos en Los cristianismos derrotados.

martes, 27 de noviembre de 2007

LOS YOKAI (IV): ROKUROKUBI.

Seguimos con la serie sobre los yokais japoneses. En esta ocasión veremos al Rokurokubi, uno de los más célebres incluso en Occidente.

El rokurokubi es un monstruo femenino muy fácil de reconocer, pues su principal característica es su cuello, extremadamente largo y flexible. Sin embargo, no siempre tiene este grotesco aspecto, pues durante el día es una mujer de una gran belleza sin rasgo alguno de monstruosidad. Pero cuando llega la noche su cuello se alarga como una manguera y se transforma en un yokai.

El origen de la leyenda parece ser una mujer que tenía la fea costumbre de espiar a las personas en sus hogares, por lo que tras su muerte fue condenada a ser un alma en pena.

Acerca de si tiene un carácter peligroso o inofensivo, las fuentes son contradictorias. En algunos relatos encontramos que se un ser muy peligroso que cada noche sala a la caza de hombres, de los que se alimenta robándoles la energía; o que mete su cuello en las casas (por lo visto después de muerta sigue con la misma costumbre) para tomar la energía de sus habitantes. Sin embargo, otros relatos la describen como un monstruo inocente que sale por las noches a beber el aceite de las lámparas de luz que se encuentran en lo alto de las casas (tarea facilitada por su luengo cuello).


Diferentes representaciones del rokurokubi.

viernes, 23 de noviembre de 2007

CURIOSIDADES TEMPLARIAS (I): ¿FUE ESPAÑOL EL PRIMER GRAN MAESTRE DE LA ORDEN?

La historiografía oficial (como dirían algunos investigadores de los heterodoxo) sostiene que la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo (Pauperes Conmilitones Christi, más tarde conocidos como caballeros templarios o Caballeros del Templo de Salomón [Milites Templi Salomonis]) fue creada en 1118 por nueve caballeros franceses, siendo su primer Gran Maestre Hugues de Payns (o Payens).

Escudo de Armas de Hugues de Payns.

Sin embargo, recientemente me he topado con una teoría que parte de la premisa de que la nacionalidad francesa de Hugues de Payns (que dirigió la orden entre 1118 y 1136) es falsa, pues era español, más concretamente nacido en los Pirineos catalanes.

¿Una nueva y descabellada teoría surgida a la lumbre de especulaciones del tipo El código da Vinci? Pues no. Se trata de una leyenda que remonta sus orígenes varios siglos atrás. ¿Es cierta? ¿Qué nos cuenta? ¿En qué hechos se basa? Veámoslo.

Esta curiosa historia tiene su origen allá por el año 1622 (aunque para algunos estudiosos hay que retrasarla hasta principios de la siguiente centuria), cuando se escribió el conocido como Manuscrito 7377 (conservado en la Biblioteca Nacional). Este documento, que lleva el conciso título de Declaración de la inscripción griega de la cruz de la iglesia de San Esteban de Bagà, cabeza de la baronía de Pinós, quien de la armada que tomó Tierra Santa, año 1100, está firmado por el historiador catalán Esteban de Corbera (†1635) y dedicado a Gaspar Galcerán de Pinós, conde de Guimerá (1584-1638).

En la Declaración de la inscripción griega…, entre sus páginas 81 y 91, podemos leer que el verdadero fundador de la orden templaria no fue el francés Hugues de Payns como tradicionalmente se cuenta, sino un tal Hug de Pinós, un caballero perteneciente de una de las más importantes familias del Pirineo catalán desde el siglo XI. Al parecer, existen algunas pruebas (aunque no muchas y para mí poco fiables) que pueden avalar esta teoría.

Los Pinós son una familia aristocrática nacida a mediados del siglo XI cuyos orígenes son poco conocidos. No obstante, sí que se sabe que al menos par de miembros de la familia viajaron a Tierra Santa durante la primera cruzada formando parte del séquito de los condes de Cerdaña y Rosellón. Uno de ellos, llamado Hug, se trajo a Cataluña un curioso souvenir: una extraña y milagrosa cruz bizantina (de entre los siglos X y XII) de madera y cubierta de plata, que (se suponía) guardaba en su interior un pedazo del lignum crucis (un fragmento de la Cruz en la que fue ajusticiado Jesús). La reliquia fue guardada en la iglesia de Sant Esteve de Bagà, municipio que actualmente se conoce como Bagà (provincia de Barcelona) y donde aún hoy puede contemplarse.

Otras de las pruebas se basa en que, al parecer, las relaciones entre la familia Pinós y el Temple son innegables y numerosas. Estas excelentes relaciones quedan atestiguadas por la cesión que hacia 1170 hizo Galcerán de Pinós de la estratégica montaña de la Palomera y por la presencia del propio Galcerán de Pinós en la reunión que el conde Ramón Berenguer IV de Barcelona tuvo con los templarios el 27 de noviembre de 1143 para otorgarles más privilegios en sus posesiones. Es más, posteriormente los templarios vieron acrecentado su poder e influencia en las tierras de los Pinós recibiendo también Saldes y Tuxent, se les permitió construir un castillo en Cambrils del Solsonès y se les regaló la iglesia de San Vicente en Lleida.

La verdad es que, aunque seguramente ésta sea una leyenda local y con muy pocos fundamentos, lo que sí parece cierto es esa estrecha relación de los templarios con el linaje Pinós y la existencia de al menos un Hug de Pinós a finales del siglo XI que participó en la primera cruzada.

Ya para finalizar, una cosa que me ha sorprendido bastante. Cuando empecé a redactar este artículo pensaba que esta historia sería desconocida y no encontraría nada en la red. Sin embargo, ante mi asombro, apareció un buen número de páginas que hacían referencia al tema. En la mayoría no encontré nada nuevo, pero lo que sí que encontré es que Hug de Pinós está siendo reivindicado por el nacionalismo catalán como uno de los personajes más importantes (aunque desconocidos) de la historia catalana. Curioso.

domingo, 18 de noviembre de 2007

TODO LO QUE SIEMPRE QUISO SABER SOBRE LOS MASONES Y NUNCA SE ATREVIÓ A PREGUNTAR (VI): CONCEPTO Y CARÁCTER DE LA MASONERÍA.

Desde hace unos meses, la masonería se ha convertido en la protagonista de una de nuestras series. De este modo, hace un par de semanas Girolamo nos ofreció una peculiar definición de la masonería, hecha desde fuera de estas sociedades y poco favorecedora.
Realizar una definición de la masonería es francamente difícil, una tarea casi imposible de cumplir debido a las numerosas variantes aparecidas a lo largo de su movida historia y a la falta de transparencia respecto a sus fórmulas y ritos. Aún así, a continuación veremos una serie de definiciones hechas desde dentro, es decir, por miembros masones o por los estatutos de las mismas logias masónicas.
En los ritos anglosajones (inglés, escocés y norteamericano) la masonería se define como:
Un hermoso sistema de moral revestido de alegoría e ilustrado con símbolos.
Y: Una ciencia que se ocupa de la investigación de la verdad divina.
En cambio, la masonería alemana es algo más concreta, definiéndola como:

La actividad de los hombres unidos íntimamente, sirviéndoles de símbolos tomados principalmente del oficio del albañil y de la arquitectura, trabajando por el bienestar de la Humanidad, procurando en lo moral ennoblecerse así mismo y a los demás y, mediante esto, llegar a una liga y paz universal, de que aspira a dar desde luego muestra en sus reuniones.
En Bélgica, sin embargo, el artículo primero del Gran Oriente de Bélgica la define como:
Una institución cosmopolita y en progreso incesante, que tiene por objeto la investigación de la verdad y el perfeccionamiento de la Humanidad. Se funda sobre la libertad y la tolerancia, no formula dogma alguno, ni descansa, en él.
Una definición más completa nos la da un propio masón, John Truth, que dice:
La francmasonería es una asociación universal filantrópica, filosófica y progresiva, que procura inculcar en sus adeptos el amor a la verdad, al estudio de la moral universal, de las ciencias y de las artes los sentimientos de abnegación y filantropía y la tolerancia religiosa; que tiende a extinguir los odios de raza, los antagonismo de nacionalidad, de opiniones, de creencias y de intereses, uniendo a todos los hombres por los lazos de la solidaridad y confundiéndolos en un tierno afecto de mutua correspondencia.
Y: Predica la moral universal, una e inmutable, más extendida, más universal que las religiones positivas, todas ellas exclusivistas, puesto que califican a los individuos en paganos, en idólatras, cismáticos, sectarios, etcétera; su objeto real puede resumirse en estas palabras: borrar entre los hombres las preocupaciones de casta, de distinciones convencionales de colores, orígenes, opiniones y nacionalidades, combatir el fanatismo y la superstición, extirpar los odios nacionales y con ellos el origen de la guerra, llegar por el progreso libre y pacífico a formular el derecho universal y eterno, según el cual cada individuo debe, libre e integralmente, desenvolver todas sus facultades y concurrir en toda la plenitud de su poder al bien de todos, haciendo así del género humano una sola familia de hermanos, unida por el amor, la ciencia y el trabajo.

Finalmente, la propia Constitución de Anderson de 1723 (documento que organiza la primera logia masónica, fundada en Londres en 1717, y es considerado como el documento de referencia del que parte la masonería moderna o especulativa) dice lo siguiente en uno de sus artículos principales:

[...] todo masón está obligado en virtud de su título, a obedecer la ley moral; y si comprende bien el arte, no será jamás un estúpido ateo, ni un irreligioso libertino. Así como en los tiempos pasados los masones estaban obligados, en cada país, a profesar la religión de su patria o nación, cualquiera que esta fuese, en el presente nos ha parecido más a propósito el no obligar mas que aquella en la que todos los hombres están de acuerdo, dejando cada uno su opinión particular: a saber, ser hombres buenos y verdaderos, hombres de honor y probidad, cualquiera que sea la denominación o creencias conque puedan distinguirse. De donde se sigue que la masonería es el centro de unión y el medio de conciliar una verdadera amistad entre personas que (sin ellas) permanecerían en una perpetua distancia.

Después de ver todas estas definiciones, podemos deducir que la finalidad de la masonería es el ser una reunión de hombres que creen en Dios (Ser Supremo), que respetan la moral natural y quieren conocerse y trabajar juntos (a pesar de la diversidad de opiniones religiosas, o de su pertenencia a confesiones o partidos opuestos) para fomentar el progreso de la humanidad.


FUENTE: MEUNÉ, Konrad, La masonería, Reditar Libros, Barcelona, 2007, pp. 13-15.

viernes, 16 de noviembre de 2007

CRUCIFIXIONES POCO ORTODOXAS (I)

Jean Cocteau fue un destacado poeta, dramaturgo, novelista, pintor y cineasta francés vinculado al surrealismo. En 1959 se le pidió que colaborara en la decoración de la iglesia londinense de Notre Dame de France pintando un mural con el tema de la crucifixión en una de las capillas. El resultado fue sorprendente, una recreación sumamente original que acuñaba una iconografía novedosa:


Como es sabido, las investigaciones de Baigent, Leigh y Lincoln hicieron populares ciertos documentos conocidos como Dossiers Secrets, conservados en la Biblioteca Nacional de París, en los que figura un listado de los personajes que, a lo largo de la historia, han ejercido como Grandes Maestres de la Orden del Priorato de Sión. Grandes genios como Leonardo, Botticelli o Newton, entre otros, figuran en esa lista. Pues bien, Cocteau fue Gran Maestre de la orden según dicho listado.

Todo lo que rodea la Orden del Priorato de Sión es un misterio, ni siquiera se sabe a ciencia cierta si su existencia es auténtica. Aun así, la difusión de las obras de Baigent, Leigh y Lincoln, así como el éxito de ciertas novelas basadas en ellas, han popularizado las diversas teorías que apuntan a una misión trascendente de los iniciados en la Orden que en último término estaría relacionada con la custodia de un secreto altamente desestabilizador para los intereses de la Iglesia Católica; el carácter de ese secreto estaría estrechamente relacionado con la verdad acerca del Santo Grial, Jesucristo y su descendencia, la naturaleza no tan divina del supuesto hijo de Dios y el verdadero papel que jugaron San Juan Bautista y María Magdalena en los acontecimientos no narrados por los evangelios.

A la luz, pues, de la pertenencia de Cocteau al Priorato de Sión, Picknett y Prince en La Revelación Templaria se refieren a este mural de la crucifixión poniendo el acento en los fragmentos según ellos más significativos. Por ejemplo, hay en primer término un autorretrato de Cocteau, cuyo rostro refleja algo así como repugnancia, dando la espalda a la Cruz:

... Recordemos que otro Gran Maestre de la Orden en el pasado, Leonardo da Vinci, también se autorretrató de espaldas a Jesucristo en su Santa Cena de Santa Maria Delle Grazie en Milán (… de ser cierto que se incluyó a sí mismo en la pintura como San Judas Tadeo). Otro detalle que relaciona las dos pinturas es la composición en forma de M formada por algunos de los personajes principales…. M que designaría no a la madre de Dios sino a María Magdalena, su esposa (siempre siguiendo, claro está, la teoría de los que defienden la existencia de una descendencia terrena de Jesucristo).

Una de las más explosivas revelaciones que podría corresponder al secreto guardado por la Orden implicaría el que Cristo no fuera realmente torturado y ejecutado en la Cruz, sino que otro hombre le sustituyó para que el profeta pudiera escapar. Quizá el rasgo más peculiar de todo el mural sea que sólo las piernas del crucificado desde las rodillas son visibles. El resto del cuerpo se nos hurta a la visión: ¿por qué querría Cocteau que no viéramos los rasgos de Jesucristo? ¿o acaso sí los estamos viendo en realidad? Si Jesucristo fue sustituido por un infeliz dispuesto al sacrificio, ¿no sería posible que realmente Jesús fuera el personaje que aparece en el extremo derecho del mural?

Al acercarnos más a la pared para contemplar el rostro extrañamente transfigurado de este personaje nos damos cuenta de que su ojo es en realidad un pez… ¡el símbolo de Jesucristo entre los primitivos cristianos!


Hay más: en la base de la cruz una gigantesca rosa concentra la atención del espectador: una rosa y una cruz… parece bastante clara la alusión a los rosacruces, cuya supuesta vinculación con la masonería y los templarios es de sobra conocida.


Ni siquiera los dados con los que los soldados se juegan la túnica de Jesús al pie de la cruz son un detalle aleatorio o inocente. Suman 58: el número esotérico del Priorato.


Y otra curiosidad sobre la que cabe llamar la atención es el halcón que aparece a la izquierda del autorretrato de Cocteau en primer término, dibujado en el escudo de uno de los soldados; recuerda claramente al Horus egipcio. Y el Sol negro…

De todas formas, confieso que soy extremadamente escéptico con respecto a todo esto. Cocteau poseía una imaginación fecunda y creó su propio universo simbólico: es ahí, en ese cosmos personal, donde creo que hay que situar el significado de cada uno de los detalles del mural. Dicho significado, vehiculado por el particular trazo caligráfico, casi lírico, de Cocteau, permanecerá siempre abierto…

A mí me habla de otras cosas.

Para saber más: http://www.bibliotecapleyades.net/biblianazar/revelacion_templarios/revelacion_templarios02.htm

miércoles, 14 de noviembre de 2007

LA INQUISICIÓN (I): LOS ORÍGENES.

El término inquisición (Inquisitio Haereticae Pravitatis Sanctum Officium) hace referencia a varias instituciones dedicadas a la supresión de la herejía dentro de las distintas confesiones cristianas. Entre ellas, la más conocida es la denominada Inquisición española (1478-1821), ésta no es ni la única ni siquiera la más antigua, únicamente la más conocida y, por qué no decirlo, difamada [no estoy haciendo una defensa de esta institución, sino simplemente aclarando que se le ha atribuido más ferocidad de la que realmente tuvo, que ya fue bastante], pero hubo otras, como la Inquisición portuguesa (1536-1821), la Inquisición romana (1542-1965) y la que es objeto de este artículo, la Inquisición medieval, creada en 1184 para combatir al catarismo.

De todos modos, hay que aclarar que la persecución de cualquier desviación de la ortodoxia es una práctica de la Iglesia desde sus primeros años y, especialmente, desde su consolidación como religión oficial del Imperio Romano. En estos tiempos, la pena habitual por herejía era simplemente la excomunión, considerándose (desde la oficialidad del cristianismo por los emperadores Teodosio y Graciano en el año 380) al hereje como enemigo del Estado. En estos momentos, los castigos físicos eran desaprobados por la Iglesia. Pero todavía estamos muy lejos del nacimiento de la Inquisición.

Para algunos historiadores, los orígenes de la Inquisición se remontan la Córdoba del siglo IX y a una institución califal (llamada mihna) que pretendía controlar cualquier herejía que surgiera en el seno del Islam. Sin embargo, esta teoría actualmente carece de fundamento.

La mayoría de los investigadores adelantan los inicios de la institución hasta el siglo XII, con la aparición de un procedimiento penal inexistente en el Derecho Romano, la inquisitio, que consistía en la posibilidad de realizar una acusación por iniciativa directa de la autoridad, sin necesidad de instancias de parte (es decir, de delaciones o acusaciones por parte de testigos).

La Iglesia desarrolló este instrumento como estrategia de defensa ante la rápida proliferación y difusión de distintas herejías (maniqueísmo, valdismo y, especialmente, el catarismo). Así, la Inquisición medieval fue creada mediante el decreto Ad abolendam (1184) del papa Lucio III (o Luciano III).

A las anteriores disposiciones [...] agregamos el que cualquier arzobispo u obispo, por sí o por su archidiácono o por otras personas honestas e idóneas, una o dos veces al año, inspeccione las parroquias en las que se sospeche que habitan herejes; y allí obligue a tres o más varones de buena fama, o si pareciese necesario a toda la vecindad, a que bajo juramento indiquen al obispo o al archidiácono si conocen allí herejes, o a algunos que celebren reuniones ocultas o se aparten de la vida, las costumbres o el trato común de los fieles.

De este modo, ese mismo año empieza la conocida como Inquisición episcopal, que no dependía de una autoridad central, sino que era administrada por los obispos locales. También es el año de comienzo de una de las prácticas más habituales de la Inquisición: la pena de fuego para castigar a los herejes. Unos años más tarde, en 1199, se añaden nuevas penas (como la confiscación de bienes) y se autoriza la tortura en materia de fe, introduciéndose también varias disposiciones sobre el secreto en las actuaciones (ocultación de testigos...).

Un par de décadas más tarde y a consecuencia de los desmanes cometidos hasta ese momento, en 1231 Gregorio IX transforma el procesamiento inquisitorial en una nueva institución creada en Francia como herramienta de represión del catarismo y controlada directamente por el Sumo Pontífice. Nombrándose además a los primeros inquisidores, como el fraile dominico y excátaro Roberto de Brougre (el primer inquisidor del que se tiene noticias).

Como consecuencia de la implantación del catarismo en el sur de Francia y los valles pirenaicos, será precisamente en esta región donde más apogeo tendrá la Inquisición medieval, especialmente durante la segunda mitad del siglo XIII y hasta las últimas ejecuciones (entre 1319 y 1321).

Más tarde, con la penetración del catarismo en Italia, la Inquisición se introdujo también en Lombardía y Viterbo (donde en 1273 se llegaron a ejecutar a más de 200 herejes en un día). En el siglo XIV sólo Castilla, los reinos latinos de Oriente, Inglaterra y Escandinavia quedaban libres de la institución, habiendo tribunales en Bohemia, Polonia, Portugal, Bosnia, Alemania y Aragón.

Poco a poco, fue aumentando la burocracia, editándose manuales procesales la correcta práctica inquisitorial, entre los que destacan los de Raimundo Peñafort (siglo XIII), Bernardo Gui (Practice Inquisitionis hæreticae pravitatis, siglo XIV; por si alguien lo ha pensado, sí, es el malo de El nombre de la rosa) y Nicolau Eymerich (Directorium inquisitorum, hacia 1376).

Con el tiempo, también fueron ampliándose las categorías culpables de delito, con lo que de perseguir únicamente a los herejes se pasó a vigilar otros delitos: bigamia, blasfemia y brujería, principalmente, siendo ésta última casi una obsesión desde que en 1438 se descubriera la celebración de aquelarres en los Alpes.

Magnífica recreación de un aquelarre surgida del genio
de Francisco de Goya.

En esta Inquisición primigenia el papel de la monarquía fue mucho más pasivo que en la Inquisición moderna, aunque no faltaron momentos de tensión, como el que tuvo lugar entre la Corona de Aragón y la Inquisición a raíz de la prohibición en el siglo XIV por parte del Santo Oficio de las obras de Arnau de Vilanova o de Ramón Llull.
Y, finalmente, en 1478, los Reyes Católicos, ante la unión dinástica que se consolidaría un año más tarde, crearon en Castilla la Inquisición española. Pero esa ya es otra historia...